ESCUELA DE PARÍS

La presencia de pintores extranjeros en París desde comienzos de siglo, que no tienen afinidades directas con las vanguardias, es constante hasta el período de entreguerras.
El concepto de Escuela de París tiene un doble objetivo: reafirmar la imagen de París como capital de las artes, y anclar las innovaciones iniciadas desde 1941 en la prolongación de las vanguardias de principio de siglo.
Pero el reconocimiento casi oficial de esta escuela de Paris termina por perjudicar a los artistas incluidos en sus filas. Mientras se elabora una definición, la etiqueta de “Escuela de París” se convierte en sinónimo de obsolescencia, y también de mediocridad.
A partir de 1946, esta federación de pintores, que había podido unir, bajo la ocupación, una solidaridad de combate, encubre muy profundas divergencias estéticas, y después engloba, en los años cincuenta, a la casi totalidad de la creación artística en Francia.
Pintores destacados de la Escuela de París son: Modigliani, Chagall, Soutine, Kisling y Pascin.