PINTURA PREHISTÓRICA

Tradicionalmente el periodo prehistórico se divide en dos grandes etapas: el Paleolítico, en el que el hombre vive de la caza, y el Neolítico, en el que se desarrolla la agricultura y surgen los primeros asentamientos estables.
La cronología de ambos periodos es muy diversa, pues las primeras culturas del Asia Occidental son coetáneas al desarrollo del Neolítico en la Península Ibérica.
PALEOLÍTICO:
El arte paleolítico en la cultura occidental se inicia unos 25000 años antes de Cristo y su momento más importante corresponde al período Magdaleniense hacia el 15000 a. de C. Está representado fundamentalmente por las artes figurativas. Se distingue como más antigua la escuela hispano-aquitana, también llamada franco-cantábrica, que se desarrolla fundamentalmente en el norte de España y en Europa, alcanzando Asia. Está representada por las pinturas que el hombre, con fin mágico-religioso, realiza en las zonas más recónditas de las cuevas en que vive, representado animales, tratados con un profundo sentido naturalista, que se yuxtaponen sin llegar a constituir escenas, tales como bisontes, ciervos, jabalíes, caballos..etc.., que han sido realizados, evidentemente, para que con su imagen se hagan propicios para su captura.
La figura humana, cuyas representaciones son escasas, siempre aparece con los rasgos muy esquematizados o con caracteres zoomorfos, como en la cueva de Trois- Fréres.
La obra maestra de esta época es la gran sala de la cueva de Altamira (Cantabria). Son también importantes las de Puente Viesgo (Cantabria) y las asturianas de Tito Bustillo y Peña Candamo y las francesas de Lascaux y de Trois Fréres.
En fecha muy posterior aparecen las pinturas de la escuela levantina, de origen africano. Estas pinturas se encuentran al aire libre, en abrigos u oquedades de los acantilados. Se representa la figura humana casi sistemáticamente y se caracteriza por el carácter narrativo de las escenas, expresivas y esquematizadas de las que se deduce la existencia de una organización social perfectamente establecida. Son escenas de caza, de luchas de guerreros, de danzas femeninas en torno al jefe, de recolección de la miel… todo mostrando la proximidad de la cultura neolítica. En España se extienden desde Lleida a Andalucía, destacando las de Cogul (Lleida) el conjunto del Maestrazgo y las de Alpera y Minateda (Albacete).
NEOLÍTICO:
Periodo que se inicia hacia el sexto milenio a. de C., supone una profunda transformación en la vida del hombre. Con el desarrollo de la agricultura, que lleva emparejado el de la ganadería, se crean poblados, se inventa la cerámica, se inicia el culto a los muertos y la aparición de una religión que tiene su fundamento en la observación de los astros.
Sobresalen como más características las pinturas esquemáticas, en las que predomina el carácter simbólico de los temas. Así la figura femenina, por ejemplo, se convierte en un triángulo, el hombre es un trazo vertical cruzado por otro horizontal o por un óvalo, y el ciervo se caracteriza por los múltiples trazos horizontales indicativos de la cornamenta. Ejemplos representativos de esta época son el ídolo de Peña Tu (Asturias), o las plaquetas como ídolos, con fajas con decoración de triángulos y grandes ojos, procedentes de Extremadura y Portugal.En cuanto a los materiales empleados, destacan el pincel de cerda animal, los dedos, pigmento negro procedente de la combustión del carbón, diferentes ocres y tierras y los pigmentos vegetales. Como disolvente utilizaban la grasa animal, mezclada con sangre. El soporte eran las protuberancias de las paredes para dar sensación de bulto.