1 obras del autor: Lecce - (Matteo da Lecce)

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Siglos XV y XVI. Renacimiento
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Apunte Biográfico

Mateo Pérez de Alessio pintor y escultor, italiano, activo en Lima, Perú por 40 años, entre 1588 y 1628, probable año de su muerte. Fue el pintor más importante en Lima durante largo tiempo, y fue influyente a través de su obra, aunque al parecer esa influencia se restringió a esa ciudad. Su producción, de dibujo y composición rigurosos, ostenta una marcada preferencia por grandes escenas de tono ligeramente grandilocuente. Sus personajes tienen gravedad melancólica y marcada estabilidad especialmente los retratos...”

Mateo Pérez de Alessio fue un pintor y escultor italiano especializado en devocionarios y figuras históricas y marítimas. Hijo de Antonio de Alessio y Madama Lucente. Existen diferentes registros de su apellido, ya que él firmó de diversas maneras, figura en un recibo de su mano como Matheo Pérez de Alesio. También se le conoció como Matteo da Lecce. Se intitulaba romano pintor, razón por la cual se creyó que era de esa ciudad.

Probablemente antes de tener 16 años de edad entró en el taller de Miguel Ángel. Gaspare Celio le atribuye el San Miguel de la Disputa sobre el cuerpo de Moisés (1574 aproximadamente) en la Capilla Sixtina del Vaticano y que diera lugar a pensar que llegó a ser pintor de cámara de Gregorio XIII, [Papa, entre 1572-1585, éste realizó en 1582 la reforma del calendario Juliano, creando el sistema vigente conocido como Calendario Gregoriano en el cual se suprimieron 10 días del mes de octubre de 1582].

Pintó además los frescos de la Historia de San Antonio, entre 1573-74, frente al Juicio Final del maestro florentino. Otras obras de Pérez de Alesio pueden apreciarse en Roma y sus alrededores, entre ellas los frescos de la Villa d'Este en Tívoli y en la Villa Mondragone en Frascati, asimismo una Virgen y el Niño con Santa Catalina y Santa Apolonia en la Iglesia de la Rotta, considerada por Juan Agustín Ceán Bermúdez como una de las últimas obras antes de partir de la ciudad. Fue incorporado a la prestigiosa Accademia di San Luca desde 1572. Realizó un viaje a Nápoles, dónde conoció al artista Pablo Morón, quien se convertiría en su asistente por muchos años.

Residiendo en la isla de Malta, decoró la Sala de San Miguel y San Jorge, también conocida como Sala del Trono, en el Palacio del Gran Maestre en La Valeta. Esta sala contiene trece frescos que reproducen el Gran Sitio de Malta por parte de las tropas de Solimán el Magnífico en 1565. Se le atribuye la introducción del manierismo en la isla, precisamente por medio de estos frescos. Pintados entre 1575 y 1581, junto a estos, Mateo pinta las mismas escenas sobre tela. Cuatro de estas telas se encuentran hoy en la Cube Room de la Queen's House de Greenwich. Sus pinturas, profusas en detalles y muy decorativas, presentan la notable característica de reproducir con exactitud los vestidos, las armaduras, la arquitectura militar y las formaciones de batalla. Todo esto ha convertido sus obras en una herramienta de estudio para el estudio histórico de estas materias.

Pasó a Sevilla, en 1583, llevando unos dibujos de las obras de Miguel Ángel. Su presencia en la ciudad de Sevilla se ve en la realización de una pintura mural de San Cristóbal que todavía adorna uno de los muros de la Catedral de Sevilla, firmada en 1584, como figura en la parte inferior de la lonja pintada, ésta mide 11 varas de largo y un tercio de altura.

Llegó a la Ciudad de los Reyes (Lima) desde Roma, acompañado de su discípulo y ayudante Pedro Pablo Morón con quien se concertó a enseñarle el oficio en 1583 y servirle de ayudante con el salario de 200 ducados de Castilla en los diez años que durase el trato. Éste se renovó en Lima por el tiempo que faltaba, dos años y medio en 1593; ofreciéndole tres veces del valor inicial y nuevamente por otros dos años en enero de 1595.

Permaneció en Lima, según contratos desde 1588 hasta 1628. Trajo consigo una valiosa colección de grabados de Durero; ya en Lima, abrió un taller en el Cuartel I, Barrio 2º calle Mantas, admitió algunos alumnos y discípulos, como Pedro Pablo Morón, que llegó con él, Francisco García, pintor de imaginería en 1595 y por dos años, el padre agustino Francisco Bejarano en 1599, Domingo Gil de 1600 a 1603, Cosme Ferrero Figueroa y posteriormente su hijo Adriano; siendo esta una de las primeras academias de arte de Lima, según las investigaciones realizadas por Rubén Vargas Ugarte. En 1590 realizó el retrato del virrey García Hurtado de Mendoza, cuarto Marqués de Cañete, razón por la cual en una escritura firma un documento, como: Pintor de su Señoría el Señor Virrey. Alcanzó en 1592 el grado de Gentilhombre de la Compañía de a caballo de arcabuces de la Guardia de este Reino del Pirú [Archivo de la Nación folio 141, registrador, Bello, año 1592].

Según registro del Archivo de la Nación del año 1591, ante el escribano Córdova [f. 376], concertó por 300 pesos con el General Don Antonio Picado la hechura de varias pinturas, entre ellas una imagen de Nuestra Señora, en lámina de cobre y el retrato de su mujer Doña Mayor Bravo de Saravia, de cuerpo entero, siendo Antonio Picado procurador de la ciudad de Arequipa donde Alesio realizaba el retablo principal de la Iglesia de Santo Domingo de esa ciudad. Talló un retablo para la Iglesia la Merced de Huánuco [descubierta la autoría en el año 1988 por Luis E. Tord].

En 1595 había adquirido de Francisco López, por 350 pesos, cincuenta retablos de figuras y personajes que había traído de Castilla. Aparte de su arte, en esos primeros años buscó hacer fortuna en las minas de oro y plata de Vilcabamba (Cusco) y Huancavelica. Muchos son los documentos de tratos mercantiles y de negocios en los que figura el maestro como actor, revelando otra faceta de sus actividades, allí no se tiene muchas referencias acerca de la obra que le ha dado tanto prestigio. En 1600 se le encargó el adorno de la Capilla Mayor de la Iglesia de Santo Domingo, en compañía de Pedro Pablo Morón, pero algunos documentos hacen presumir que la obra ya se había comenzado entre los años 1593 y 1594, por la donación que hizo Don Alonso Picado a favor del trabajo de Pérez de Alesio.

El año de 1606, a petición de Juan de Vega, aparece pintando siete cuadros para una de las iglesias de Huánuco, de dimensiones relativamente pequeñas (tres y medio palmos por cinco), entre cuyos temas figura el original de Cristo con la Cruz a cuestas y su Madre Santísima que le sale al encuentro en la Calle de la Amargura; y otro representando a Jesús, puesto a lo vivo en la Cruz, con las agonías de la muerte [contrato registrado en el Archivo Nacional]].

En 1600 recibió una buena suma por las obras de pintura y dorado que se realizaban en la Iglesia Dominica de Lima, fue ayudado por sus discípulos Morón y Cosme Ferrera Figueroa, con quien posteriormente se asoció en 1602 para explotar los tesoros de una huaca que estaba en los términos de esta ciudad. En 1606, otorgaba el siguiente recibo: “... Digo io Matheo PÉREZ de Alecio que recibí del mayordomo de la Iglesia Maior, el Señor Juan de Robles, doscientos cincuenta pesos de a nueve. Los quales se me pagan por la pintura de las puertas del órgano y el endorado que ise de ellas y por verdad firmé esta libranza a las espaldas. Oi 21 de Diciembre de este año nuevo en 1606. Matheo PÉREZ de Alecio...” [sic]. Por desdicha no se conserva ni el retablo ni el órgano.

En 1616 pintó los cuadros que adornaron la capilla en el respaldo del altar mayor de la Catedral de Lima; y repitió la figura del San Cristóbal sevillano a uno de los dos lados de la portada del testero que hoy está desaparecida y también decoró al fresco la Iglesia de San Agustín. En muchas biografías figura fallecido en 1616, pero un contrato de 1628 desvirtúa tal afirmación, dicho año vendió al padre Francisco Puche, de la orden de San Benito y para la Iglesia de Monserrate, una imagen de Nuestra Señora (de color trigueño). Asimismo en 1628 se construía el nuevo templo según traza del arquitecto mercedario fray Pedro Galeano, gracias a los donativos del capitán Bernardo de Villegas y de su esposa Marcela de Montoya, cuya bella capilla-sepulcro era decorada por el pintor Mateo Pérez de Alesio, en compañía de su discípulo Pedro Pablo Morón. Tenía su residencia en el Cuartel I, Barrio 4º, calle Merced, frente a la puerta seglar. Su obra da prestigio en la historia del Arte Virreinal peruano.

Según el historiador de Arte peruano Ricardo Estabridis, la presencia volumétrica en la obra de Alesio es influencia de Miguel Ángel la que luego va a incorporar nuevos tonos y valores. Llega al Perú en busca de fortuna y se involucra en negocios de minas y en el "Huaqueo".

(Información obtenida de Wikipedia)