Pedro Ruiz González (1640-1706). Pintor barroco español, natural de Arandilla (Cuenca) y establecido en Madrid, donde se formó con Juan Antonio Frías y Escalante primero y más adelante con Juan Carreño de Miranda.

Aunque Antonio Palomino, su primer biógrafo, le dice nacido en Madrid, hay constancia de que su nacimiento tuvo lugar en Arandilla, ignorándose la fecha del traslado a Madrid y de su ingreso en el taller de Escalante, que Palomino dice tuvo lugar a edad crecida y tras haber hecho estudios de gramática, lo que había hecho de él un pintor erudito. En Madrid se le encuentra documentado desde 1673, realizando la tasación de las pinturas de don Francisco de Orcasitas, una actividad que desempeñará con cierta frecuencia, y el mismo año firmó el pequeño Jesucristo en la noche de su Pasión del Museo del Prado, probablemente el mismo cuadro que Palomino mencionaba como un «borroncillo» con Jesús en el Pretorio «cuando le iban a poner la Cruz a cuestas; que verdaderamente parecía de Pablo Veronés», en el que se puede comprobar la afirmación del cordobés acerca de su habilidad en componer bocetos, en lo que era «muy caprichoso», aunque no siempre acertase luego en las grandes composiciones.

En 1675 enviudó de su primera esposa, doña Juana de Escobedo, sin descendencia, como tampoco la tuvo de su segundo matrimonio con Ángela Josefa de España. En agosto de 1688 debía de hallarse gravemente enfermo, pues redactó un primer testamento, y lo volverá a hacer en julio de 1701, en esta ocasión a la vez que su esposa. Falleció en Madrid en 1706, siendo enterrado en la iglesia de San Millán para la que había pintado tres cuadros, desaparecidos en el incendio sufrido por la iglesia en 1720 según la información dada por Palomino.

Perdidas buena parte de las pinturas mencionadas por las fuentes, en sus obras conservadas, destinadas en su mayor parte a la iglesia, se refleja la doble influencia de sus maestros Escalante y Carreño, como puede verse en la Inmaculada fechada en 1672, de colección particular, pero con una tendencia más barroquizante y de mayor agitación, a la manera de Rubens, según puede advertirse en el mencionado Jesús en el Pretorio o en los lienzos de la Transverberación de Santa Teresa y San Pascual Bailón de la iglesia de Magaz de Pisuerga (Palencia). Del Tránsito de San José conservado en la iglesia de la enfermería de la Venerable Orden Tercera, que para Antonio Ponz era lo único de interés que se conservaba en ella, destacó Antonio Palomino su habilidad y buen gusto. Su inventiva y excepcional capacidad para componer se pondrá especialmente de manifiesto en el Carlos II ante el Sacramento, fechado en 1683, que procedente de la parroquia madrileña de San Luis guarda el Museo Ponce de Puerto Rico. En esta obra, en la que se ha visto un precedente de la Sagrada Forma de Claudio Coello, el repertorio de retratos de quienes asisten a la procesión -aun cuando el de Carlos II sea un retrato idealizado-, muestra una vez más la dependencia de Carreño, que también se aprecia en el retrato de Juan Fernández de Vicuña y Andoin, 1678, Museo de Bellas Artes de Álava, que con el de la Venerable doña Sancha, conservado en la Sala Capitular del convento de las Comendadoras de Santiago en Madrid son las únicas obras de este género conservadas.

(Información obtenida de Wikipedia)