26 obras del autor: Pacheco - (Francisco Pacheco)

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Apunte Biográfico

Francisco Pacheco del Río (3 de noviembre de 1564 Sanlúcar de Barrameda - 1644 Sevilla) pintor y tratadista de arte, mayormente conocido por ser maestro y suegro de Velázquez y también habitual policromista del escultor Juan Martínez Montañés.

Nació en Sanlúcar de Barrameda en la provincia de Cádiz, hijo de Juan Pérez y Leonor del Río. Se traslada a la ciudad de Sevilla antes de 1580, donde su tío, Francisco Pacheco, era canónigo de la Catedral, adoptando desde entonces el apellido Pacheco, como lanzamiento en sus primeros años en esta ciudad. Realizó su aprendizaje con el apenas conocido pintor sevillano Luis Fernández. En 1585 terminada su formación, arrendó una casa en la calle de los Limones, titulándose maestro pintor.

Contrajo matrimonio el 17 enero de 1594 con María Ruiz de Páramo, esta fecha marcó el inicio del periodo de consolidación del pintor gaditano. Sus buenas relaciones con el clero, la aristocracia y el poder real le proporcionaron una amplia clientela. También participó activamente en la defensa de los derechos profesionales de su gremio en algunas ocasiones contra el establecimiento de impuestos y en otras contra artistas de otros gremios que ocupaban competencias propias de los pintores, como es el caso del conflicto que le enfrentó con Martínez Montañés. Participó en el túmulo levantado en Sevilla para la celebración de las honras fúnebres del rey Felipe II.

Con la entrada del siglo XVII, Pacheco se consolidó como el primer pintor de la ciudad de Sevilla, aunque pronto sería eclipsado por el pintor de origen flamenco Juan de Roelas que permanecería en la ciudad entre los años 1604 y 1616. En 1610 emprendió un viaje a Madrid que le llevaría hasta octubre de 1611 y en el que hay constancia de su visita a El Escorial y Toledo, este mismo año entra en su taller como aprendiz Diego Velázquez. En esta época, Pacheco acumuló cargos y títulos que incrementaron su estatus social, así recibió el título del Ayuntamiento de "veedor del oficio de la pintura" y del Tribunal de la Inquisición el de "veedor de pinturas sagradas". El periodo de declive se inicia a partir de 1626 con el auge de Francisco de Zurbarán y Francisco Herrera el Viejo.

Escribió un Libro de los retratos, una colección incompleta de casi setenta retratos acompañados de pequeñas semblanzas biográficas al pie de los principales ingenios de su tertulia y de otras celebridades artísticas y literarias. Los originales se conservan repartidos entre el Museo Lázaro Galdiano de Madrid y la Biblioteca del Palacio Real y fue publicado íntegro por José María Asensio en 1886. En los últimos años de su vida se dedicó a redactar un tratado artístico que tituló Arte de la Pintura, concluido en 1641 y publicado en 1649, que constituye uno de los mejores tratados artísticos del barroco español. Falleció en 1654 siendo enterrado el 27 de noviembre en la iglesia de San Miguel.

Se le considera el maestro de Velázquez, su yerno, al que ayudó de forma notoria. Le casó con su hija Juana, e hizo gestiones para que viajase a Madrid; esto dio un vuelco a la carrera de Velázquez.

Su obra se caracteriza por un manierismo de corte académico de influencia del arte italiano y flamenco. Sigue las formas de los grandes maestros, pero representa las figuras y ropajes con una dureza estática. No evolucionó demasiado y es valorado como buen dibujante y modesto pintor. Sin embargo, dada su dedicación al estudio, análisis y explicación del arte, Pacheco influyó mucho en la iconografía de la época.

Es muy singular su pintura hagiográfica, principalmente sus frescos de la Casa de Pilatos (Sevilla), realizados en 1603, de contenido mitológico. Como historiador de arte, sus escritos son fundamentales no sólo en datos sobre tendencias, escuelas y artistas, sino también por la explicación puntual de técnicas pictóricas, especialmente por las normas sobre la policromía de esculturas.

Igualmente son de sumo interés los retratos que realizó a lápiz de los prohombres hispalenses, unos 160, que pasaron por su tertulia a lo largo de 54 años, cuyo cuaderno se encuentra en el Museo Lázaro Galdiano, de Madrid.

En el apéndice del tercero de los libros que componen El arte de la pintura, Pacheco precisa con exactitud la iconografía con la que se han de representar en pintura, los asuntos religiosos más importantes para que reflejen de forma fiel el sentido de los textos sagrados. Esta actitud muy del agrado del Santo Oficio, llevó a que le comisionaran para que vigilase la ortodoxia de las pinturas sagradas.

Mantuvo amistad con El Greco y Vicente Carducho y se declaró admirador y seguidor de Antonio da Correggio.

(Información obtenida de Wikipedia)